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Nuestros mundos se encuentran en verbos...

No hablamos el mismo lenguaje...

No manejamos las mismas doctrinas... 

No nos hallamos en tangibles...

No nos movemos en los mismos espacios...

Transitamos en laberínticas moradas de imperfecciones natas.

Orillados a existencias cíclicas de sugestiones auto impuestas.

Jugando al escondite con nuestros miedos, en lapsos tras ellos, en otros sobre ellos; compañeros de intentos de vida.

 

La convergencia de nuestros universos no se advierte, no es palpable. Se experimenta en internas percepciones  cuando encuentras en letras ajenas el símil de tu presencia.

Debería darte la bienvenida 

Nymphaea

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